jueves, 12 de marzo de 2015

"Herbie Fletcher. El Padrino del Surf" por STAF MAGAZINE

Herbie Fletcher.
El Padrino del Surf

09.06.14 Texto: David Moreu / Fotos: Herbie Fletcher & Archivo. En portada: Herbie Fletcher y Julian Schnabel
En el mundo del rock n’ roll tenemos a Iggy Pop y a Mick Jagger” escribió el periodista deportivo Jamie Brisick en 1996. “Pero en el mundo del surf tenemos a Herbie Fletcher“. Con estas palabras tan elocuentes es fácil presentar a uno de los grandes iconos de la cultura de las olas, que sigue en activo gracias a sus empresas y a las obras de arte vanguardista que se exhibe en las galerías más prestigiosas de California. Sin olvidar que a sus 66 años todavía va a la playa cada día para sentirse cerca del océano que tantas cosas le ha aportado a lo largo de su vida. Esta historia personal se remonta a finales de la década de los 50, cuando descubrió la magia de las olas en un viaje con su familia a San Clemente. Aunque a los 15 años ya se instaló en Hawái y empezó a vivir en una nube de ensueño que lo llevó a participar en el campeonato del mundo, a conocer a los auténticos pioneros de este deporte, a participar en documentales legendarios (con su buen amigo y director Greg MacGillivray) e incluso a codearse con estrellas del rock como Jimi Hendrix. Aunque todas estas anécdotas no dejan de ser notas a pie de página en una carrera basada en el sentimiento de libertad y que siempre ha ido a contracorriente. No en vano, Herbie Fletcher fue uno de los impulsores de la revolución del longboard a mediados de la década de los 70 y, una década más tarde, se convirtió en un pionero del tow-in en Waimea cuando la gente todavía miraba con respeto las olas gigantes. Como no podía ser de otra forma, sus hijos Christian y Nathan han seguido sus pasos y se han alzado como grandes campeones de surf, además de servir de inspiración para los protagonistas de la aclamada serie “John from Cincinnati” que emitió la cadena HBO. Ahora hemos tenido la oportunidad de entrevistar a este patriarca del surf para conocer su asombrosa historia de primera mano y establecer los cambios que ha experimentado esta cultura en las últimas cinco décadas.

servais
Naciste en Pasadena en 1948 y empezaste a practicar surf a los 10 años. ¿Qué recuerdos tienes de tus inicios y cómo era la cultura de playa en California en aquella época?
Como bien dices, entonces tenía 10 años y no sabía casi nada de los que sucedía. Simplemente corría por la playa y miraba lo que hacía la gente cuando bajaba la marea. Recuerdo que cuando cumplí 9 años, fuimos de vacaciones con mi familia a San Clemente y tuve la oportunidad de coger olas con una tabla de surf. Así que, al regresar a casa, pedí que me compraran una Velzy-Jacobs de madera de balsa y fue en aquel momento cuando todo empezó realmente. La cultura de playa era muy reducida porque no había demasiada gente, pero los que iban cada día la amaban mucho y practicaban muchas actividades de ocio, como nadar, pescar o body-surfing. En aquellos días veías muy poco surf. ¡Como te he comentado, yo aún iba en madera de balsa!
En 1966 fuiste semifinalista en el World Surfing Championships. ¿Cómo viviste esa experiencia siendo sólo un adolescente?
Yo tenía 17 años cuando participé en el campeonato del mundo de 1966, así que todavía era muy joven y estaba descubriendo muchas cosas. Era la mayor competición de surf que existía y podías cruzarte con gente de todos los rincones del mundo. Había otros tipos, como David Nuuhiwa, Jock Sutherland y Jeff Hakman, que eran grandes surfistas. Entonces todos teníamos más o menos la misma edad y conocimos a gente mayor. El que más me sorprendió fue Nat Young, que venía de Australia y era realmente bueno. Eso me hizo darme cuenta de que sucedían más cosas en el mundo que lo que veíamos en California o en Hawái. Fue fantástico conocer personas de todo el mundo porque, en aquellos días, tampoco había una gran comunicación entre los surfistas. Evidentemente no existía Internet ni otros medios de comunicación a nuestro alcance. ¡Este deporte tampoco aparecía en televisión! Todo lo que teníamos eran las películas de surf, hasta que John Severson empezó a publicar Surfer Magazine en 1960.

surfilm
Tengo entendido que apareciste enFree and Easy” (1967) y “Five Summer Stories” (1972). ¿Cómo definirías la magia de esos documentales clásicos de surf? ¿Tuviste la oportunidad de conocer a directores tan emblemáticos como Bud Browne, John Severson o Bruce Brown?
Las películas y los documentales de surf eran lo que todos mirábamos y, como he comentado, Surfer Magazine llegó en 1960. Eso fue una revolución porque podíamos tener una foto en las manos y mirarla con atención. Antes de que todo esto sucediera, Bud Browne ya tenía una gran influencia en todos nosotros porque viajó a Hawái, vivió con el padre de mi esposa, el señor Walter Hoffman, y él lo llevaba a Makaha para que pudiera rodar películas con todos esos tíos cogiendo olas. Eso fue una gran inspiración mientras crecía. También me marcaron mucho Bruce Brown y John Severson porque sus películas de surf eran fantásticas. Todos esos títulos nos dejaban boquiabiertos y decíamos “¡wow, mira eso, es la cultura del surf!” Pero también aparecían esos chicos más mayores haciendo burradas, improvisando escenas cómicas y todo parecía muy divertido. Fue fantástico cuando Greg MacGillivray llegó a Hawái, me vio cogiendo olas y me preguntó si quería aparecer en su película. Fue un sueño hecho realidad. Allí me encontraba, mirando a todos esos surfers de olas gigantes, y de repente querían que yo apareciera con ellos como uno más en aquel documental. No podía creerlo.
La leyenda cuenta que ya patinabais en piscinas vacías en 1963, muchos años antes de que los Z-Boys empezaran. ¿Cuál era la relación entre el mundo del surf y el del skate en aquellos días?
Realmente fueron los surfers quienes empezaron a practicar skate de manera habitual. A principios de los años 60 todo se basaba en bajar por las pendientes o lo que se conocía como “downhill”. Entonces los skates todavía eran de metal y recuerdo que mi mejor amigo y yo cortamos por la mitad nuestros roller-skate para poner las ruedas en nuestra primera tabla de skate e íbamos a patinar a un lugar en Huntington Pier, donde ahora se encuentra el Duck’s Restaurant. En San Clemente patinábamos en la montaña cerca del instituto, mucho antes de que empezaran a construir casas. Entonces alguien comentó que había una piscina en Stanton y decidimos ir allí a patinar. A esa piscina la llamamos “The Pool”. Era muy divertido porque íbamos allí cuando ya no había olas y podíamos patinar tranquilamente. Para mi el skate era algo genial porque podía practicarlo desde que salía de casa en Huntington, puesto que todo era cemento hasta que llegabas al muelle para practicar surf cada mañana.

Pipeline Wrecktangles
Pipeline Wrecktangles
La Guerra de Vietnam fue unos de los acontecimientos más criticados de finales de los años 60 y principios de los 70. ¿Conocías algún surfista que fuera al sureste asiático o que evitara el reclutamiento?
Yo cogía olas cada día en la bahía de Honolulu y en Maui. También en Sunset y en Pipeline. No podía imaginar estar en una guerra contra alguien. Yo me oponía completamente a esa guerra. En la hoja de reclutamiento me pusieron como 1-A porque creían que era apto para ir a Vietnam, pero después pusieron 1-W porque no podía hacerlo en base a un problema físico. Estaba en contra de todo eso, tenía amigos que volvían a casa dentro de una bolsa y, en seguida, me di cuenta de que el gobierno mandaba a un puñado de chavales a Vietnam para sus intereses…
En Staf Magazine adoramos la música de Jimi Hendrix y sabemos que participaste en el documental “Rainbow Bridge”. ¿Qué sucedió realmente durante el rodaje? ¿Cómo se vivían los conciertos en aquella época marcada por la contracultura?
Conocer a Jimi Hendrix fue un tanto extraño… aunque con el tiempo me doy cuenta de que fue impresionante y verlo en concierto me voló la cabeza. La primera vez que lo vi fue en el Monterey Pop Festival de 1967 y después tuve otra oportunidad de presenciar su espectáculo en Honolulu, en el Waikiki Shell durante tres noches consecutivas. Mike Hynson estaba por allí y hablábamos sobre olas y sobre hacer una película de surf… sea como fuera, él logró involucrar a gente de Nueva York e incluso a Warner Brothers para rodar “Rainbow Bridge” y yo tuve la suerte de ser buen amigo de Mike, así que me invitó a participar en la película, donde aparezco cogiendo olas. En aquellos días Dibi estaba embarazada, por ese motivo no pudimos alejarnos demasiado de casa, pero ambos lo disfrutamos mucho y la leyenda ha permanecido intacta en el tiempo.

Pipeline Wrecktangles
Pipeline Wrecktangles
En la década de los 70 te involucraste en la famosa revolución del longboard. ¿Qué motivación había en recuperar aquellas tablas de surf? ¿Cómo fue el proceso de crear Fletcher Surfboards en 1976?
Siempre tuve un longboard en mi colección de tablas, incluso cuando creamos la “Mini-Gun”, porque las olas se vuelven muy pequeñas y siempre quiero divertirme. Cuando vivía en Hawái, acostumbraba a coger olas en Rocky Point en verano porque las corrientes del norte llegaban a la playa y ofrecían unas olas pequeñas y hermosas. Entonces ponía una quilla más pequeña y todo iba bien. Pero cuando estaba en California era como si hubiera viajado en el tiempo. Los chavales fueron un día al colegio y cuando regresaron a la playa se encontraron que todo eran “shortboards”. Estas tablas cambiaron la cultura del surf porque los chicos que vivían lejos de la playa, sus padres y sus madres ya no podían practicarlo. Yo me mudé al sur de California y era otro mundo. En 1975 empecé a coger olas con longboards otra vez porque las condiciones no eran muy buenas en esta zona y vendí unas cuantas… supongo que eso volvió a despertar el interés por esas tablas gracias a la campaña que lanzamos de “the thrill is back”. Todo eso sucedió en el verano de 1975 y fue el inicio de Fletcher Surfboards.
En 1985 cabalgaste una ola de 25 pies (7,6 metros) en Waimea Bay y esa gesta te convirtió en un pionero del tow-in mucho antes que otros famosos surfistas. ¿Cómo recuerdas aquella aventura
El sitio donde íbamos a coger esas olas era Pipeline, pero aquella sesión de 1985 fue cerca de Waimea, con todos los tíos sentados en la playa mirando porque era algo nuevo. Siempre había cogido olas en esas playas, pero normalmente era bastante “glassy” y con muy poca gente. Yo ya quería que me remolcaran, pero nadie se animaba a hacerlo porque estaban demasiado asustados. Por eso cogía unas 50 olas o un número parecido porque no había nadie más en el agua. No fue un reto surfear en Waimea, sino que lo recuerdo como algo divertido. Recuerdo que me puse de pie en una ola y estuve a punto de caer, pero logré salir de esa. Fue muy emocionante porque las olas se mueven mucho allí, la cantidad de agua es enorme y entonces pensé que era necesario utilizar una moto de agua para llegar a esas zonas donde más crecen y, sobre todo, aprender como rompen para entrar y salir de ellas sin tener problemas. Así te podían recoger también. Eso fue lo que sucedió y ahora todo el mundo se interesa por las olas grandes y han logrado llevar este surf mucho más lejos. Pero es una práctica que ha necesitado mucho tiempo y ha muerto bastante gente por el camino.

Nathan Fletcher
Nathan Fletcher
¿Cuándo surgió tu interés por el arte y qué buscas con tus obras?
Cuando era un crío que vivía en Pasadena, pasaba muchas horas pintando montañas con mis acuarelas. Después, en mi época adolescente, empecé a utilizar bolígrafos y pintura al óleo. Y cuando salió ese tipo de pintura de secado rápido, ya me había aficionado por completo al arte y pintaba en mi cuarto. Cuando vivía en Hawái, recuerdo que pintábamos dentro de las casas. Al tener hijos con Dibi, me dedicaba a fabricar tablas de surf y empecé a pintar las ventanas de la tienda que teníamos en el jardín trasero para que parecieran vitrales. Así que podría decir que siempre he estado vinculado al arte, a la serigrafía de camisetas, diseñando anuncios y toda clase de gráficos.
¿Qué vinculación tiene tu arte con el mundo del surf? ¿Qué puedes contarnos de la serie “Wrecktangle” hecha con tablas rotas?
El surf puede considerarse una disciplina artística en si mismo. Cuando miraba por la ventana en mi casa de Pipeline hacia el jardín, podía ver todas esas tablas rotas y eso fue lo que inspiró una parte de mi arte… porque era una extensión de mi propio jardín. Me encanta mirar ese tipo de cosas como arte. También he hecho más de 60 películas de surf y eso es otra clase de arte. He hecho fotos por todo el mundo y me da la sensación que mi vida ha sido como un gran viaje artístico que nunca termina. Supongo que, por este motivo, mi exposición más reciente se titula “Path of a Wave Warrior” porque ha sido un largo camino y una experiencia fantástica. Además, la he vivido practicando surf y todavía lo hago. ¡Creo que iré a coger olas cuando terminemos la entrevista!

1989. Herbie Fletcher
1989. Herbie Fletcher
¿Qué puedes contarnos sobre los rumores que apuntan a que Julian Schnabel dirigirá un documental sobre tu vida y tu carrera?
Con el paso de los años, he reunido una gran cantidad de material y mi suegro también tenía muchas grabaciones de surf de los viejos tiempos, porque vivió con Bud Browne. Por mi parte, yo tengo cosas porque viví con Greg MacGillivray. Después de revisar todo ese metraje acumulado, empecé a grabarme a mi mismo para crear “Wave Warriors” que era un video de aprendizaje para los niños en el que podían ver a los mejores surfers cogiendo las mejores olas a ritmo de hardcore rock n’ roll. Fue el primer video de ese género que se editó y servía para que lo vieran y después se animaran a practicar surf. Realmente fueron los chicos quienes cambiaron las cosas con los nuevos trucos aéreos. Ahora estoy colaborando con Julian Schnabel para hacer un nuevo documental sobre mi familia. Dibi se encarga de escribir el guión y Julian dirigirá el proyecto. Creo que será fantástico porque saldrán todos nuestros amigos y se mostrará la historia del surf de la manera que nosotros la vemos.
Tus hijos han mantenido la tradición familiar del surf y del skate. ¿Qué consejos les diste cuando te dijeron que querían dedicarse al deporte?
Realmente yo los llevé por el camino. Todo surgió porque Dibi y yo íbamos a la playa, lo pasábamos muy bien y teníamos buen material, además podían practicar el surf con los mejores del mundo. Para ellos era algo normal. Podían ir a coger olas a Velzyland en Oahu o en cualquier otro lugar. Ellos han continuado con nuestro estilo de vida y, a fin de cuentas, todo se basa en pasarlo bien.


Herbie Fletcher. 1989
Herbie Fletcher. 1989

Herbie Fletcher, jetski
Herbie Fletcher, jetski
Herbie Fletcher, jetski
Herbie Fletcher, jetski
Herbie Fletcher
Herbie Fletcher
Herbie Fletcher, jetski
Herbie Fletcher, jetski
Herbie Fletcher, 1966
Herbie Fletcher, 1966
Herbie Fletcher
Herbie Fletcher
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Christian Fletcher, stalefish. 1989
Christian Fletcher, stalefish. 1989
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